Skeeter, de veintidós años, ha
regresado a su casa en Jackson, en el sur de Estados Unidos, tras terminar sus
estudios en la Universidad de Misisipi. Pero como estamos en 1962, su madre no
descansará hasta que no vea a su hija con una alianza en la mano. Aibileen es
una criada negra. Una mujer sabia e imponente que ha criado a diecisiete niños
blancos. Tras perder a su propio hijo, que murió mientras sus capataces blancos
miraban hacia otro lado, siente que algo ha cambiado en su interior. Se vuelca
en la educación de la pequeña niña que tiene a su cargo, aunque es consciente
de que terminarán separándose con el tiempo. Minny, la mejor amiga de Aibileen,
es bajita, gordita y probablemente la mujer con la lengua más larga de todo
Misisipi. Cocina como nadie, pero no puede controlar sus palabras, así que
pierde otro empleo. Por fin parece encontrar su sitio trabajando para una
recién llegada a la ciudad que todavía no conoce su fama. A pesar de lo
distintas que son entre sí, estas tres mujeres acabarán juntándose para llevar
a cabo un proyecto clandestino que supondrá un riesgo para todas. ¿Y por qué?
Porque se ahogan dentro de los límites que les impone su ciudad y su tiempo. Y,
a veces, las barreras están para saltárselas.
Frase:
“Quiero gritar muy alto para que
Chiquitina pueda oírme, que la suciedad no es de color, que los barrios negros
de la ciudad no están contaminados con enfermedades. Quiero evitar que llegue
ese momento (que sucede en la vida de todo niño blanco) en que empiece a pensar
que los negros no somos tan buenos como los blancos.”
Opinión:
Estoy tomando la mala costumbre
de escribir sobre los libros dos y hasta tres meses después de leerlos, lo que
no es bueno porque no hay nada mejor que escribir con las ideas fresquitas,
pero bueno, sería un milagro ponerme al día con las reseñas.
Les cuento que como ya yo suponía
Criadas y señoras me encantó, lo leí en escasos 3 días a pesar de sus casi 600
páginas y puedo decir que, aunque en sí el tema principal es el racismo, hay
muchas otras cosas agregadas a este libro que lo hacen especial.
La historia es narrada en capítulos
contados por las protagonistas: Miss Skeeter, Aibileen y Minny, lo que hace la
lectura divertida y variada puesto que mantiene tres puntos de vista muy
diferentes. Tiene un lenguaje sencillo y en algunas ocasiones jocoso.
Sobre los personajes, vaya, esta
es una novela de mujeres increíbles y más que nada admirables, empezando tenemos
a Aibileen, una mujer que da dedicado su
vida a cuidar niños blancos y que teme por el día en que cada uno de esos niños
deja de sentir afecto y cariño por ella para empezar a tratarla como a la
simple sirvienta negra, y tristemente, como ella dice, siempre ese día llega. Por
otro lado esta Minny, una negra famosa por no resistir una oportunidad de soltar
su lengua pero también por su exquisita cocina. Y por último, Miss Eugenia,
quien al regresar de la universidad comienza a ver las injusticias que ocurren
a su alrededor y hasta en su propia casa.
Ha sido para mí sorprendente ver que
este libro, ambientado en la década de los 60 (para el tema que trata, hace
apenas un par de años) está basado en la realidad que se vivía en aquellos
momentos en el Sur de Estados Unidos. Son escandalosamente indignantes las leyes
que existían y se cumplían hace alrededor de medio siglo.
Si tengo que decir algo que no me
gustó o más bien, no me convenció es el pequeño y extraño romance de Eugenia,
no le encontré mayor relevancia a esa parte pero no es nada que afecte el
contexto y el mensaje.
Completamente recomendado, lo van
a disfrutar de principio a fin.
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